VITAMINAS Y MINERALES

 

 

 

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YODO

 

Se trata de un mineral distribuido de forma muy variable a lo largo del planeta. Es un micromineral indispensable para el funcionamiento equilibrado del organismo. El organismo contiene 0,01 a 0,03 g. principalmente en la glándula tiroides y en los riñones. Se difunde ampliamente en las especies extracelulares y se detectan pequeñas cantidades en los glóbulos rojos y en los huesos. El yodo participa en la formación de hormonas tiroideas (tiroxina y triyodotironina). Una producción anormal de esas hormonas provoca una relentización integral del organismo ya que están presentes en gran cantidad de procesos.


El yodo absorbido en el intestino delgado es transportado por el torrente sanguíneo hasta llegar a la glándula tiroides para ser almacenado y utilizado en la producción de hormonas y eliminado por los riñones
Una buena forma de saber la cantidad de yodo presente en el agua que riega el campo es cuantificar la cantidad de este mineral que presentan las frutas y verduras obtenidas de ese suelo.


Uno de los problemas más graves que puede presentar una persona que consuma verduras y frutas pobres en yodo es la posibilidad de que aparezca bocio, enfermedad que desarrolla un agrandamiento de la glándula tiroides.
El bocio endémico es una de las enfermedades más comunes que se conocen, se suele atribuir a la carencia de yodo en la dieta y ocurre en la mayoría de las regiones montañosas del mundo como los Himalayas, los Alpes, Grecia y Nueva Guinea y en regiones no montañosas donde la concentración ambiental del mineral es pobre. La necesidad aproximada es de 100 a 200 ug/día, es muy variable porque depende de la región si es o no carencial de yodo. Se incrementa durante el embarazo, un aporte suficiente debe permitir el buen desarrollo tiroideo del feto.

- Función
Es un mineral imprescindible para la producción de hormonas tiroideas. Participa al buen funcionamiento de la glándula tiroides que influye fundamentalmente en el crecimiento y maduración del organismo, y afecta sobre todo a la piel, el pelo, las uñas, los dientes y los huesos, manteniendolos en buen estado. También interviene en el crecimiento mental y físico, mejorando la agilidad mental, en el funcionamiento de los tejidos nerviosos y musculares y en el metabolismo de otros nutrientes, incluso el de los elementos minerales y el del agua. Ayuda a que el organismo queme el exceso de grasa. Facilita la absorción de hidratos de carbono. Está presente en la producción de energía corporal.


Participa en la dinámica circulatoria y en la síntesis del colesterol. Depurador de la sangre.
Actúa sobre el funcionamiento neuromuscular, y esencialmente el del corazón.

- Fuentes alimentarias:
Esta presente, en mayor cantidad, en los productos del mar, como los pescados, en los mariscos y algas, en la sal marina, en los vegetales cultivados en tierras que sean ricas en yodo, además también en menos cantidad lo podemos encontrar en los pescados, los cereales, la carne magra, cebollas, alcahofa, haba, lechuga, granos, berro, col, espinaca, zanhoria, puerros, soja, nabo, pera, rábano, ajo, achiote, rábano, papas, remolacha, hongos, tomate, granada, sandía, uva negra, poma, fresa, piña, grosellas, ciruelas, plátanos, peras.
los huevos, la leche, la el limón, la naranja, las hortalizas de hoja verde y los frutos secos.

- Deficiencia y/o toxicidad:
El déficit de yodo da lugar al bocio simple, en el que la glándula tiroides aumenta de tamaño. Hipotiroidismo. Piel y cabello secos. Sensibilidad al frío. Palpitaciones cardíacas. Baja actividad metabólica. Obesidad. Cretinismo (enfermedad que cursa con un retraso físico y mental en niños nacidos de madres cuyo consumo de yodo ha sido limitado).

Una forma de prevenir la posible carencia de yodo es añadírselo a la sal de las comidas (en el comercio se vende como sal yodada) La Cantidad Diaria Recomendada (C.D.R.) es de 120 a 150 microgramos.

- Tener en cuenta:
Cuidar el consumo en cantidades importantes de repollo y col pues puede perjudicar la absorción del yodo. No se conocen casos de intoxicación por un consumo excesivo procedente de fuentes naturales. No sucede lo mismo con el yodo preparado como fármaco; su uso terapéutico debe ser siempre supervisado por un profesional de la salud.

- Causas que favorecen la deficiencia de yodo:
Baja ingesta de alimentos ricos en yodo. En casos de que no exista otra fuente alimenticia de este mineral, el excesivo consumo de pescado congelado o pescado hervido, estos procesos favorecen la pérdida abundante de yodo en estos.
Consumo elevado de alimentos antitiroideos que impiden el almacenamiento de yodo en la glándula tiroides como la mostaza, el repollo, los nabos, las nueces, la yuca, las alubias de soja y las coles, entre otros.
Consumo de algunos fármacos como los usados para tratar la tuberculosis (ácido paraminosalicílico) y antidiabéticos orales (sulfonilureas), entre otros.



 

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